Si no tienes la posibilidad de llegar o subir a la Estatua de la Libertad, una buena alternativa es contemplarla desde el famoso ferri de Staten Island. Tiene un característico color naranja y está activo durante las 24 horas del día para transportar, en menos de media hora, a trabajadores y miles de turistas que van y vienen entre Staten Island y Manhattan.
Debes saber que este servicio de transporte de pasajeros antes costaba 50 centavos, pero ahora es totalmente gratuito.
Sube a bordo del ferri y, si el tiempo lo permite y vas bien abrigado, siéntate en el exterior para poder hacer las mejores fotos de la estatua y del panorama urbano neoyorquino.
Cuando llegues a tu destino, St. George, puedes coger el ferri de vuelta, como hace la mayor parte de la gente, o darte un paseo por esta pequeña isla; puedes visitar el Staten Island Museum, que se encuentra cerca del terminal del ferri.
Y para terminar, debes saber que este ferri apareció ante las cámaras de Hollywood por primera vez a finales de los años cincuenta: la joven Sophia Loren bailaba en el embarcadero con Jack Warden en la película Esa clase de mujer. Desde ese momento, el transbordador apareció en numerosas escenas cinematográficas; entre las más recientes, la del rocambolesco rescate de las personas atrapadas dentro del ferri en la última película de Spiderman.
Pero no te preocupes: el trayecto es seguro y, en caso de accidente, acudirá en tu ayuda el superhéroe neoyorquino, siempre preparado para la acción.
Curiosidad: en 2016, el artista Joe Reginella creó una escultura en memoria de las víctimas del increíble ataque que sufrió uno de estos ferris, hundido por un pulpo gigante. Naturalmente, se trataba de una elaborada noticia falsa que circuló por Internet y apareció en los periódicos.
Lo que sí es real es la obra de arte que, tras la restauración necesaria para reparar los daños causados por el duro clima invernal, con sus más de 100 kg, vuelve a ocupar orgullosa su espacio en el Battery Park, como símbolo de la monumental noticia falsa.