ESTATUA DE LA LIBERTAD

Isla De Ellis

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Audio Guide length: 2:48
español Idioma: español
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Mientras que la generosa Estatua de la Libertad daba la bienvenida a millones de inmigrantes europeos, la isla de Ellis, en cambio, se interponía entre ellos y la «Tierra Prometida». En cuanto estos soñadores, llenos de esperanza, desembarcaban en la isla, se les sometía a diversos controles.

Este islote, que durante todo el siglo XIX se utilizó como arsenal militar, se convirtió desde 1892 y hasta 1954 en el centro de acogida de más de doce millones de inmigrantes. Estos, tras haber superado un proceso de selección especial, primero físico y después legal, podían por fin pisar el suelo de la ansiada isla de Manhattan. Todo esto está explicado y representado con gran sensibilidad a través de las fotos, vídeos, reliquias e increíbles historias de supervivencia, y de éxito, que se encuentran en el National Museum of Immigration, alojado en el edificio principal del enorme complejo aduanero.

Visto desde fuera, este histórico edificio parece una estación de tren, con una triple arcada de acceso y ladrillo visto. Una vez dentro, quedarás impresionado con las historias que rezuman sus paredes, como las que custodia el inmenso y espectacular Great Hall, la sala principal, en la que se realizaban los primeros controles de las condiciones físicas de los recién llegados.

A lo largo de esta emocionante visita, no te pierdas el Wall of Honor, el extenso muro honorífico cubierto por más de 700.000 nombres de inmigrantes que, intencionadamente, se funde con la sombra de la Estatua de la Libertad.

 

A la salida del museo, pon el audio en pausa y dale la espalda a la fachada principal.

 

Observa los edificios, de arquitectura uniforme, que se alzan frente a ti. Se trata de un antiguo complejo hospitalario, llamado en aquellos tiempos «el hospital de todas las naciones». Está formado por más de veinte estructuras, fue el más grande del mundo y el mejor en la cura de las «enfermedades importadas».

Curiosidad: el control físico que se realizaba diariamente a miles de inmigrantes era, cuando menos, rápido y exhaustivo.

Los médicos «marcaban» con una tiza la espalda del desdichado que no se encontraba en perfectas condiciones físicas. Escribían una sigla que lo derivaba a un control adicional, según un protocolo preciso. Las abreviaciones más comunes eran PG para mujer embarazada, K para hernia y X para problemas mentales. A pesar de todo, parece ser que solo repatriaron al 2 % de los recién llegados.

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