El Guggenheim es uno de los museos más importantes del mundo dedicado al arte moderno y contemporáneo, además del impresionismo y postimpresionismo.
Sus orígenes están relacionados con la figura de Solomon R. Guggenheim, un adinerado empresario industrial de Nueva York que, hacia 1930, empezó a coleccionar obras de maestros clásicos. Sin embargo, gracias a Hilla von Rebay, artista y estudiosa alemana, el magnate orientó su colección hacia el arte abstracto. La exhibió por primera vez en su apartamento, situado en el Hotel Plaza, pero este espacio enseguida se quedó pequeño, ya que las obras eran cada vez más numerosas. Tras la creación de la fundación actual, Guggenheim y su asesora artística, ya convertida en directora del museo, le propusieron a Frank Lloyd Wright que diseñara un edificio adecuado para tal fin.
Sin embargo, ni el generoso empresario ni el genial arquitecto llegaron a verlo terminado. Los 13 años que duraron las obras estuvieron marcados por frecuentes contratiempos, debido a la falta de fondos y al estallido de la Segunda Guerra Mundial, hasta que en 1959 se inauguró la primera exposición, centrada sobre todo en cuadros de Kandinski y de los expresionistas abstractos. Desde entonces, el éxito del Guggenheim y sus exposiciones temporales, que siempre han sido su punto fuerte, no ha conocido límites, mientras que la colección permanente, siempre en crecimiento gracias a las continuas adquisiciones, se encuentra en un nuevo inmueble desde los años noventa, cuyo coste se cubre parcialmente con la venta de algunas colecciones de renombre del museo.
Curiosidad: quizás te sorprenda saber que cuando murió Guggenheim, en 1949, surgieron numerosas disputas filosóficas y personales entre sus familiares, que formaban parte de la fundación homónima. Hilla von Rebay, que siempre había sido el brazo derecho del famoso filántropo, acompañándolo y orientándolo desde los inicios de esta espléndida aventura artística, presentó indignada su dimisión como directora del museo. A posteriori, se demostró que su amor por el arte era inmenso: en su testamento, dejó a la fundación numerosas piezas de su valiosa colección privada, para la alegría de los miles de visitantes diarios.