Debes saber que Nueva York tiene los mejores restaurantes de cocina internacional del mundo. Algunos platos estadounidenses son de chefs neoyorquinos, como la langosta Newburg, cocida con coñac y vino de Jerez. El nombre es un anagrama de su inventor, Ben Wenberg.
Otro plato típico es el pollo a la king, una salsa para pasta o arroz a base de dados de pollo, cocinado con nata, jerez y setas.
Nueva York es una ciudad multiétnica y los neoyorquinos comen los platos típicos de su país de origen, pero también hay algunas especialidades típicas de la ciudad.
Empezamos por el desayuno. Los huevos Benedict son 100 % neoyorquinos: un muffin inglés con beicon y un huevo escalfado encima, todo cubierto con salsa holandesa a base de huevo, mantequilla y limón. Esta receta se debe al corredor de bolsa Lemuel Benedict, que quería un plato que le quitase la resaca.
En cuanto al almuerzo, sin duda ya conoces los perritos calientes: la famosa salchicha de cerdo con chucrut y mostaza nació precisamente aquí. Los puedes acompañar con la coleslaw, la ensalada de repollo típica de los Países Bajos que importaron los inmigrantes holandeses, con el añadido de la mayonesa.
Por su parte, la comunidad judía ha difundido la corned beef, carne en salmuera que se usa en los sándwiches, otro tentempié típico.
Si quieres probar un plato típicamente estadounidense, te recomiendo una especialidad del noreste del país: la strip steak, un filete con líneas marcadas, acompañado con setas y cebolla en juliana. Como era de esperar, también en Nueva York es muy popular la barbacoa: carne de cerdo, pollo y hamburguesas.
Si quieres sentirte un auténtico neoyorquino, puedes tomar primero un aperitivo con Manhattan, el cóctel de tres whiskies, y concluir con el típico cheese cake de fresa, el postre de queso Philadelphia y galletas.
Curiosidad: la egg cream, «nata de huevo», es una bebida típica neoyorquina que, sin embargo, no contiene ni huevo ni nata, sino agua con gas y sirope de chocolate.
¡Que aproveche!