Francis Bacon (1909-1992), pintor irlandés naturalizado inglés, fue uno de los artistas más interesantes del siglo XX. Representante del Existencialismo, plasmó la angustia de la posguerra europea. Famoso por las reinterpretaciones expresionistas del Retrato de Inocencio X de Velázquez, Bacon creó una serie de aproximadamente 45 cuadros titulada "Screaming Pope". Esta serie es un viaje metafórico a la interioridad y al Infierno de la existencia. Los rostros gritantes de Inocencio X se convierten en el grito de la humanidad, revelando la verdad oculta de una sociedad falsa. En la versión de 1953, el papa está pintado gritando, sin cabello, con un sombrero cómico y aferrado al trono. El fondo negro y las pinceladas azules crean una atmósfera sombría. Bacon, heredero de Munch, transforma a Inocencio X de Velázquez de figura autoritaria a un hombre solo, desesperado y prisionero del poder, gritando en una trampa energética que lo consume. Un retrato oficial se convierte en una revelación de las fragilidades más profundas.