El monte Licabeto, destino de innumerables turistas, desde donde disfrutarás de unas vistas únicas de Atenas y del golfo del Pireo.
¿Qué mejor que poder ver todo lo que ya has visitado o vas a visitar de cerca, desde un punto de vista tan singular como este? La espectacular vista de Atenas que ofrece el monte Licabeto te dejará boquiabierto.
Aunque te guste caminar, te recomiendo que cojas el funicular, la particular cabina que recorre una empinadísima subida, ya que de todas formas tendrás que recorrer el último trecho a pie.
El monte no es muy alto; la cima se encuentra a 272 metros sobre el nivel del mar, pero es suficiente para estar en el punto más alto de la zona y disfrutar de una vista de 360°, incluso superior a la de la Acrópolis, que está a menor altitud. Las fotos panorámicas más memorables se hacen justo desde aquí.
Puedes reconocer con facilidad la plaza Sintagma, con el gran palacio; el oasis del Jardín Nacional, desde el que despuntan los techos del Zappeion; las orgullosas columnas del gigantesco templo de Zeus y la inconfundible silueta del Estadio Panathinaikó, inmerso en la luz dorada.
Si el día está despejado, disfrutarás del encanto del sol sobre el mar Egeo, con la vista de la isla de Salamina, donde los griegos derrotaron a los persas en una épica batalla naval y liberaron a la ciudad del asedio. También podrás vislumbrar la isla de Egina, que bien merece una visita para ver el célebre templo de Afaya.
En la colina se encuentra también la capilla de San Jorge, situada en una cuenca entre las rocas, y el teatro al aire libre de Licabeto, con capacidad para 3.000 personas. Si tienes la oportunidad, no te pierdas la representación de una obra clásica: desde aquí te parecerá ver en el escenario toda la historia de Grecia.
Me despido con una curiosidad: el nombre Licabeto aparece en numerosas leyendas y se cuenta, por ejemplo, que tiempo atrás aquí se refugiaban los lobos, en griego «likos», lo que dio nombre a la colina.
