Otón de Wittelsbach, príncipe de Baviera, en 1832 se convirtió en Otón de Grecia a la temprana edad de 17 años. Fue designado rey de Grecia por la Convención de Londres, que declaró a la nación como una monarquía independiente del Imperio Otomano, colocándola bajo la protección de las grandes potencias de Francia, Reino Unido y Rusia. El nuevo rey, que además se negó a adoptar la ortodoxia como religión de Estado, nunca fue apreciado por los griegos. Después de una revolución, en 1843 tuvo que conceder una constitución, y en 1862 se vio obligado a refugiarse en el exilio en Alemania, donde falleció en 1867.