BASÍLICA DE SAN FRANCISCO

Iglesia Inferior Lorenzetti

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Observa con atención los frescos de la sala a la izquierda del altar: son más refinados pero también más dramáticos que los que has visto hasta ahora. Aquí, el gran pintor sienés Pietro Lorenzetti ilustró a principios del siglo XIV las Historias de la Pasión, casi compitiendo con su coetáneo Simone Martini, que trabajaba a pocos metros de distancia, en la capilla de San Martino.

Tras siglos en los que la pintura había sido solo un instrumento para glorificar a Dios e instruir a los fieles, aquí se convirtió casi en una competición entre artistas, ocupados en la realización de obras cuya prioridad era ser bellas y agradables a la vista, más que ilustrar episodios sagrados. Al contemplar los estupendos frescos de Lorenzetti, podrás advertir una infinidad de realistas y divertidos detalles, muy diferentes a las pinturas que Giotto realizó en la iglesia superior, simples y solemnes, y que verás dentro de poco.

Busca la escena con La Última Cena: tiene lugar en una elegante sala octogonal de refinado estilo gótico, con magníficos asientos de mármol y un hermoso mantel bordado. Pero el detalle más inusual está a la izquierda; un camarero lleva las sobras a un perro, que lame los platos con avidez, mientras que un gato disfruta roncando al calor de la gran chimenea encendida.

¿Y qué decir de los personajes de la Crucifixión? Los caballeros están elegantemente vestidos y parecen indiferentes al drama, mientras que algunos de los caballos están pintados con tanta energía que parecen dialogar entre sí.

No falta el toque de romanticismo: en la agitada escena del Prendimiento de Cristo, observa la luna que se pone detrás de las montañas, mientras que los apóstoles escapan a hurtadillas por detrás del monte a la derecha.

Pero Pietro Lorenzetti es un gran maestro, incluso cuando se trata de narrar la tragedia, y el fresco titulado Deposición del cuerpo de Cristo lo demuestra: el cuerpo de Cristo muerto rompe el corazón de María, que acerca su cara al rostro dolorosamente inclinado de su hijo.

 

Curiosidad: busca la escena de la Flagelación de Cristo. Sobre el tejado del edificio donde tiene lugar el suplicio, puedes ver a unas damas en una ventana que llevan un mono sujeto con una correa. En el siglo XIV, a los aristócratas les encantaba tener animales exóticos en casa. Lorenzetti, atento a todo lo que le rodeaba, retrataba la sociedad de su época incluso en pinturas de naturaleza sagrada.

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