Jacques d'Adelswärd-Fersen fue una figura controvertida y compleja de la aristocracia francesa a principios del siglo XX, cuyas vicisitudes personales a menudo eclipsaron su trabajo literario. Nacido en 1880 en París en una familia noble, el escritor vivió en una época de grandes cambios sociales y culturales que influyeron profundamente en su vida y obra.
Educado en los institutos más prestigiosos, desde joven mostró una aguda sensibilidad literaria, acercándose al simbolismo y al decadentismo, corrientes literarias populares en aquel tiempo. Su poesía y prosa reflejan una estética refinada y una intensa búsqueda estilística, caracterizadas por un lenguaje elaborado y temáticas enfocadas en la exploración del yo y la transgresión de los límites morales y sociales.
Su estilo de vida, abiertamente bisexual, y sus elecciones estéticas pronto lo colocaron en el centro de escándalos que minaron su reputación. En 1903, estuvo involucrado en un escándalo notorio por comportamientos considerados inmorales con jóvenes estudiantes parisinos, un episodio que lo llevó a un breve período de detención. Este evento marcó profundamente su vida: condenado por la opinión pública, decidió dejar Francia.
Refugiado en la isla de Capri, d'Adelswärd-Fersen compró Villa Lysis (luego renombrada Villa Fersen), que se convirtió en un punto de encuentro para intelectuales y artistas de la época, incluyendo muchos exponentes del movimiento homosexual europeo. La villa, decorada con gusto neoclásico y enriquecida con símbolos que reflejan su interés por el erotismo y la estética decadente, sigue siendo un símbolo de su vida y sus aspiraciones.
A pesar de las controversias, la producción literaria de d'Adelswärd-Fersen no debe ser ignorada. Obras como "Les Cortèges qui sont passés" y "Lord Lyllian" demuestran a un autor capaz de una profunda introspección psicológica y de una sensibilidad artística extrema. Su escritura explora temas como la alienación, la identidad y el deseo, a menudo mediante el uso de alegorías y simbolismos.
Murió en 1923 en Capri, aparentemente por una sobredosis de cocaína, dejando detrás de sí un legado literario que, aunque oscurecido por sus vicisitudes personales, ofrece una visión intrigante de la belle époque francesa. Su figura permanece como un ejemplo de cómo la vida y el arte pueden entrelazarse en formas complejas y a veces trágicas, reflejando las tensiones y conflictos de una era en transformación.