San Jenaro, también conocido como San Gennaro, fue un obispo y mártir cristiano que vivió en el siglo III d.C. Nació en Benevento, Italia, y se convirtió en el obispo de Nápoles en el año 305 d.C. Durante la persecución de los cristianos bajo el emperador romano Diocleciano, San Jenaro fue arrestado y llevado ante el prefecto de Nápoles. Según la tradición, San Jenaro fue sometido a torturas, pero resistió firmemente a renunciar a su fe. Fue sentenciado a muerte y ejecutado en el año 305 d.C., junto con su compañero mártir San Proceso. Lo que más destaca en la historia de San Jenaro es el llamado "milagro de la sangre". Se dice que cada año, en la celebración de su fiesta el 19 de septiembre, una muestra de la sangre de San Jenaro, que se conserva en una ampolla, se licua espontáneamente. Este fenómeno ha sido considerado como un milagro y ha atraído a numerosos devotos a lo largo de los siglos.