Giuliano da Maiano y Benedetto da Maiano, hermanos toscanos del Renacimiento, dejaron una huella duradera en el arte italiano del siglo XV. Giuliano, escultor y arquitecto, realizó destacadas obras en Florencia, Siena, Faenza, San Gimignano, Roma y Nápoles. La rocca di Montepoggiolo atestigua su habilidad también en el ámbito militar. Benedetto, escultor y arquitecto, comenzó con la escultura en madera, decorando el Palazzo Vecchio en Florencia. Su colaboración en el tabernáculo del Duomo di Prato es un ejemplo destacado. En Nápoles, Giuliano diseñó la villa del Duque de Calabria y obras arquitectónicas como Porta Capuana, mientras que Benedetto contribuyó a la Cappella Piccolomini y a la Cappella Correale di Sant'Anna dei Lombardi. Su influencia se extendió a través de discípulos como Pietro e Ippolito del Donzello. El legado de los hermanos Maiano se refleja en las obras supervivientes y en su contribución al panorama renacentista italiano.