IGLESIA DE MONTEOLIVETO (SANTA ANA DEI LOMBARDI)

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Audio Guide length: 3:06
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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A pesar de que durante la última Guerra Mundial resultó gravemente dañada por los bombardeos, la iglesia de Monteoliveto conserva un patrimonio artístico excepcional, escondido detrás de una fachada poco llamativa.

En cuanto entres, a la derecha, al lado del atrio, encontrarás la Capilla Correale, realizada a finales del siglo XV por los hermanos Giuliano y Benedetto da Maiano: una joya perfecta del humanismo florentino enclavada en el corazón de Nápoles. A Giuliano se debe la airosa estructura arquitectónica del conjunto, mientras que Benedetto realizó el altar de mármol blanco, centrado en torno a la escena de la Anunciación, digna de rivalizar con las más sofisticadas creaciones de Botticelli y Filippino Lippi.

También en el lado derecho, atravesando tres salas decoradas con esculturas y frescos de los siglos XV y XVI, llegarás al Oratorio del Santo Sepulcro. Aquí puedes admirar el grupo estatuario titulado Lamentación sobre Cristo muerto, ocho estatuas de tamaño natural, realizadas por Guido Mazzoni, gran escultor en terracota originario de Módena, trasladado a la corte de Alfonso II de Aragón.

Este grupo estatuario es una de sus principales obras maestras, y te permite reconocer en el rechoncho y calvo José de Arimatea el retrato de Alfonso II, y en el estupefacto Nicodemo las facciones de su padre Fernando I.

Pasa ahora por la Capilla de la Asunción (donde verás un fresco con un monje de Giorgio Vasari) y llegarás a la Sacristía Vieja, que en un principio era el refectorio del monasterio.

El techo de esta sala rectangular, dividido en recuadros regulares, cuenta con unos imaginativos frescos de Giorgio Vasari, con personificaciones de virtudes cristianas, figuras, símbolos y elegantes decoraciones. Los colores brillantes y bien conservados crean un acertado contraste con los tonos cálidos de los paneles de madera, realizados por el monje olivetano Giovanni da Verona, insuperable especialista de la taracea. Puede que ningún otro artista haya sido capaz jamás de combinar con igual delicadeza los matices cromáticos de la madera, creando imágenes suspendidas entre la fantasía y la realidad, entre la verdad y el engaño. Como sucede a menudo en este tipo de trabajos, los paneles se basan en la ilusión óptica, simulando puertas entreabiertas en las que puedes distinguir accesorios litúrgicos, objetos sagrados e instrumentos musicales.

 

CURIOSIDAD: los paneles de la sacristía simulan también "ventanas" abiertas, que dan al paisaje y a bellos edificios, algunos totalmente inventados, otros en cambio reproducidos fielmente, como por ejemplo dos vistas de Castel Nuovo.

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