La Casa del Laberinto en Pompeya fue construida a finales del siglo II a.C. Originalmente diseñada como una residencia de doble atrio y peristilo, sufrió graves daños durante el asedio sillano del 89 a.C. Posteriormente, al ser adquirida por la influyente familia de los Sextilii, la domus experimentó una importante remodelación, seguida con el tiempo por modificaciones y expansiones que incluyeron la adición de un pequeño sector termal y una panadería al núcleo original. El atrio principal, de carácter monumental, se destaca por las cuatro columnas corintio-itálicas. Sin embargo, el sector más noble de la domus se encuentra en las estancias que se abren al lado norte del gran peristilo. Entre ellas, destaca un imponente oecus corintio (sala de recepción) con 10 columnas y frescos de estilo II. Dos parejas de cubicula finamente decorados rodean este espacio, uno de los cuales presenta un magnífico mosaico con la representación central de la lucha entre Teseo y el Minotauro, enmarcado por el motivo del laberinto que da nombre a la casa.