BAPTISTERIO NEONIANO O DE LOS ORTODOXOS

Exterior E Interior

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español Idioma: español
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El Baptisterio Neoniano, o de los ortodoxos, debe su nombre al obispo Neón, quien, hacia el 450 d. C., encargó modificar el edificio ya existente, sustituyendo el tejado por la cúpula actual y ordenando crear la magnífica decoración de mosaicos.

Este pequeño templo, construido sobre un edificio romano mucho más antiguo, ya había sido utilizado como baptisterio unas décadas antes por el obispo Orso.

Desde el exterior, el edificio se ve sencillo, revestido de ladrillo, con una base octogonal, cuatro ábsides a lo largo de los lados y grandes ventanales.

Como ocurre con la mayoría de los edificios de Rávena de la misma época, es el interior el que impresiona por su magnificencia.

Comparado con el Baptisterio Arriano, el Neoniano está mejor conservado, por lo que su esplendor aún puede admirarse hoy en día.

 

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En el centro se encuentra la gran pila bautismal en la que se sumergían los fieles al recibir el bautismo.

Mirando hacia arriba, el centro de la cúpula está dominado por el mosaico que representa el Bautismo de Jesús, sumergido hasta la cintura en las aguas del río Jordán. A un lado está Juan Bautista bautizando a Jesús, mientras que, en el lado opuesto, un anciano, que simboliza el río, le tiende un paño para secarlo.

El círculo que lo rodea representa a los doce apóstoles en procesión, ricamente vestidos con túnicas doradas y blancas, sosteniendo en sus manos una corona que simboliza su martirio.

Observa con atención a los apóstoles: puedes leer el nombre de cada uno y, si te fijas bien, se mueven en dos direcciones opuestas hasta cerrar el círculo con los santos Pedro y Pablo.

En el exterior, se ve otro círculo en el que se alternan diferentes figuras, jardines con plantas, tronos vacíos y altares en los que descansan los libros de los Evangelios.

El trono vacío simboliza la espera del regreso de Cristo a la Tierra.

Debajo hay grandes ventanales por los que entra la luz. A los lados de cada uno de ellos están esculpidas las figuras de los profetas del Antiguo Testamento, dieciséis en total, que anuncian la llegada de Cristo.

En el nivel inferior se abren espléndidos y amplios arcos finamente decorados con una técnica artística particular conocida como Opus Sectile. Consiste en el uso de mármoles preciosos y pasta vítrea para crear incrustaciones decorativas.

 

Me despido con una curiosidad: si visitas varios lugares de culto en Rávena de época romana y bizantina, habrás observado que se repite la planta octogonal, que tenía un importante valor simbólico: siete son los días empleados por Dios para la Creación, siendo el octavo día el de la Resurrección, que representa la vida eterna.

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