La Transfiguración de Cristo es un importante episodio de la Biblia, descrito en los Evangelios. En resumen, el episodio narra que Jesús llevó consigo a tres de sus discípulos más cercanos, Pedro, Juan y Santiago, a un monte llamado Tabor. Una vez allí, Jesús comenzó a irradiar una luz intensa y resplandeciente, y junto a él aparecieron Moisés y Elías, dos figuras importantes del Antiguo Testamento. Este evento suele interpretarse como una demostración de la naturaleza divina de Jesús y como un momento en el que Dios confirma su misión. Durante la Transfiguración, una voz del cielo dice: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; ¡escúchenlo!" (Mateo 17:5). Este relato se considera un momento de gran revelación para los discípulos, quienes comprenden mejor la importancia de Jesús y su misión.