El deambulatorio en las iglesias cristianas está formado por un pasillo o pasaje que rodea la nave principal y/o el ábside de una iglesia, a menudo ubicado detrás del altar o alrededor del perímetro interno del coro. Esta estructura es particularmente común en las iglesias de estilo románico y gótico, y tenía tanto funciones prácticas como simbólicas.
Originalmente, el deambulatorio estaba diseñado para facilitar la circulación de los fieles y del clero durante las liturgias, especialmente en ocasiones de procesiones solemnes. En muchas iglesias permite moverse alrededor del santuario sin interrumpir la liturgia principal, ofreciendo un recorrido continuo que conecta diferentes partes del edificio eclesiástico.
A menudo, el deambulatorio da acceso a una serie de capillas radiantes, que son pequeñas áreas de oración o altares dedicados a santos.
Además de su función práctica, los deambulatorios tienen un fuerte significado simbólico. Simbolizan el camino del peregrinaje y la vida espiritual como un viaje continuo. Además, su disposición y arquitectura están diseñadas para evocar sentimientos de reflexión y contemplación, elementos fundamentales en la práctica religiosa cristiana.