La Domus de las Alfombras de Piedra, situada en los subterráneos de la iglesia de Santa Eufemia, es un área arqueológica de 850 metros cuadrados que, desde 1993, ha puesto al descubierto parte de un prestigioso palacio que data del siglo VI d. C., cuando Rávena era la capital del Imperio Romano de Occidente.
En el interior se descubrieron numerosas salas: algunas de recepción, otras reservadas solo a familiares o invitados importantes, pasillos, zonas que servían como vestíbulo entre habitaciones y patios por los que se filtraba la luz. Desgraciadamente, no se ha podido determinar ni la extensión total del palacio ni su planta original, ya que no se han redescubierto todas las estancias debido a la imposibilidad de ampliar las excavaciones.
La domus perteneció a un personaje ilustre que, sin duda, desempeñó un papel político muy importante dentro de la corte. Los arqueólogos llegaron a esta conclusión al observar que dentro del palacio se había incorporado parte de una importante calle pública, en la que probablemente se encontraba la entrada a la domus. En aquella época era extremadamente raro que un ciudadano se apropiara de bienes públicos, privilegio que solo se podía conceder a quienes ostentaban el poder político.
La riqueza de los materiales, de los mármoles y, sobre todo, de las decoraciones, especialmente los maravillosos suelos de mosaico, confirman el prestigio del propietario.
Al recorrer el pasillo empezando por tu izquierda, en el sentido de las agujas del reloj, podrás contemplar algunos de los mosaicos mejor conservados y todas las salas descubiertas hasta la fecha.
Más adelante hablaremos de las dos decoraciones más importantes y mejor conservadas que encontrarás a lo largo de las paredes.
La primera, llamada «mosaico del buen pastor», se encuentra a tu izquierda, al comienzo del recorrido. La segunda, que podrás ver al final de la visita, es el «mosaico de la danza de los genios de las estaciones», que originalmente se encontraba en la sala más grande del palacio, donde actualmente hay una copia perfecta.
Curiosidad: la sala en la que se encuentra la copia del mosaico dedicado a las estaciones era un imponente salón utilizado para suntuosos banquetes. Actualmente mide 7 metros de ancho por 12 de largo, ¡pero se ha comprobado que medía al menos 20 metros de largo!