¡La Bocca della Verità es uno de los lugares más "mágicos" de Roma!
La animada plaza donde te encuentras, en el centro de la cual brota una fuente barroca, ocupa el espacio del antiguo "Foro Boario", el mercado de ganado de Roma. Estás a pocos metros del Circo Máximo, casi en la orilla del Tíber, frente a la isla Tiberina, en una zona que era un destacado punto comercial y que cuenta con importantes restos de la antigua Roma. Te hablaré de hecho de dos pequeños templos muy bien conservados que datan ambos de la época republicana, entre el 200 y el 100 antes de Cristo.
El primero es el Templo de Portuno, de forma rectangular, dedicado al dios que protegía los fondeaderos y los puertos de los ríos. Es un edificio sencillo y elegante que se levanta sobre un podio con escalones. El frontón triangular está soportado por cuatro columnas acanaladas que como puedes deducir por sus capitales rizados son de orden jónico. Este templo, al igual que otros monumentos de Roma, se ha conservado gracias al hecho de que en la Alta Edad Media se transformó en una iglesia cristiana.
Ahora haz una pausa y ve hasta el Templo de Hércules Víctor.
Lo reconocerás porque tiene forma circular y porque está completamente rodeado por veinte esbeltas columnas: es el edificio romano de mármol más antiguo que ha llegado hasta nosotros. Justo por aquí debajo discurría el último tramo de la Cloaca Máxima, el gran canal que servía de alcantarillado, así como de drenaje de las aguas que se filtraban desde el Palatino: todavía hoy puedes ver el arco por el que salían las aguas al desembocar en el Tíber.
A muy poca distancia, en dirección a la iglesia de San Jorge in Velabro, encontrarás el Arco de Jano, una arcada abierta por los cuatro lados construida en el siglo IV después de Cristo, y más allá, el Arco de los Argentarios, donde estaban las tiendas de los cambistas.
CURIOSIDAD: se dice que bajo el Arco de los Argentarios había un tesoro escondido. En el siglo XV había un extraño personaje que obtuvo permiso para hacer una excavación al pie del arco y que luego desapareció por el túnel que él mismo había excavado. No se sabe si se lo tragó la tierra o si encontró el tesoro y huyó con el botín.