CAPILLA SIXTINA

Interior

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Audio Guide length: 2:53
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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Ahora que estás dentro de la Capilla Sixtina, tu primera impresión, más que con los frescos, estará relacionada con la multitud y el ruido, a menos que hayas decidido inteligentemente aprovechar el horario de apertura de tarde de los Museos Vaticanos... Ten en cuenta también que la parte por la que has entrado, es decir, la pared de detrás del altar, estuvo en otra época reservada al alto clero, mientras que el público entraba por el lado opuesto, encontrándose así inmediatamente de frente al Juicio Final.

Observa ahora la estructura de la capilla, cubierta por una bóveda alargada y rebajada, con seis grandes ventanales en las paredes laterales. En la pared del altar había otras dos ventanas, que se cerraron cuando Miguel Ángel pintó allí el Juicio Final.

Como puedes ver, la estructura del interior es sobria y muy sencilla, pensada a propósito para revestirla con pinturas. La decoración está estrechamente relacionada con las proporciones de la capilla y su forma arquitectónica. La proporción de casi tres a uno entre longitud y anchura, la posición de las ventanas y la presencia de las llamadas "velas", es decir, los salientes del techo que forman esquinas, determinan una subdivisión que incluye seis recuadros en las paredes mayores y dos en las menores. De abajo arriba, las paredes se dividen en tres bandas: la banda inferior está decorada con falsos cortinajes; en la banda intermedia tienes las historias de Moisés y Aarón a la izquierda y las de Cristo a la derecha; en la banda superior, donde una cornisa que se proyecta crea una especie de balconada, en las hornacinas al lado de las ventanas puedes ver representados a los primeros papas.

Las paredes laterales fueron pintadas con frescos en la segunda mitad del siglo XV por un grupo de pintores de Florencia. El resto, es decir, la parte superior, las ventanas, las velas y el enorme techo, fue pintado en su totalidad con frescos por Miguel Ángel entre 1508 y 1512. El famoso y terrible Juicio Final fue pintado en cambio casi treinta años después por el mismo Miguel Ángel, sobre la pared de detrás del altar.

 

CURIOSIDAD: los discos de mármoles de colores que ves en el espléndido suelo con mosaicos, también de mármol, que retoma el estilo medieval en uso en Roma, marcan los puntos en los que se paraban las procesiones y los participantes se arrodillaban, desde la entrada hasta la cancela. En el espacio más hacia el interior, en cambio, indican las posiciones del trono papal y los asientos de los cardenales, así como los desplazamientos que los purpurados tenían que efectuar durante las ceremonias.

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