Ahora te hablaré de la estatua cuya copia has visto en la plaza y que representa a Marco Aurelio, el gran emperador filósofo: es el único monumento de bronce de un hombre a caballo que nos ha llegado desde la antigüedad, y probablemente date de en torno al 161 después de Cristo, año de la ascensión de Marco Aurelio al trono imperial. El grupo estatuario tiene unos 4,20 metros de alto, y originalmente estaba completamente dorado. Para realizarlo se utilizó una técnica llamada "a la cera perdida", que consiste en fundir por separado las diferentes piezas, soldándolas luego usando metal fundido.
Míralo con atención mientras das una vuelta a su alrededor: el emperador expresa perfectamente la serenidad y estabilidad que caracterizaron sus 19 años de gobierno, gracias también a su amor por la filosofía y a su odio hacia la guerra. La expresión intensa y pensativa, la barba y los cabellos cuidados y elaborados y el hecho de que lleve una túnica y no una armadura te hacen pensar no en un guerrero, sino en un monarca equilibrado, en el ejercicio diario del gobierno del Imperio. Sus gestos están carentes de retórica y autoridad, la pose es la típica del discurso llamado adlocutio, que los emperadores y generales daban al ejército antes de una batalla. Observa además con qué exactitud de proporciones y corrección anatómica está modelado el caballo.
No sabemos dónde estuvo colocado este monumento en la antigüedad, pero es seguro que en la Edad Media estaba en la plaza del Laterano. Escapó al saqueo y la fundición de las estatuas paganas únicamente porque se confundió con una representación del emperador Constantino, símbolo de la religión cristiana. En el Renacimiento se convirtió en el modelo en el que se inspiraron la mayor parte de los monumentos ecuestres, empezando por el Gattamelata que realizó Donatello en Padua a mediados del siglo XV.
Fue el propio Miguel Ángel el que propuso, en su proyecto para la nueva plaza del Campidoglio, que se colocara allí la estatua.
Después de una larga restauración que terminó hace veinte años, los estudiosos e investigadores llegaron a la conclusión de que era mejor proteger la estatua del riesgo de la intemperie y los actos vandálicos, como cuando en 1979 una carga de TNT explotó frente al Capitolio.
CURIOSIDAD: una creencia popular dice que al final de los tiempos, la estatua de Marco Aurelio se recubrirá de oro, tal y como era originalmente, y el mechón de la cabeza del caballo se convertirá en una lechuza: así comenzará el Juicio Final.