¡El Castillo de Sant'Angelo es uno de los lugares con más historia de toda Roma!
Este poderoso gigante que domina el curso del Tíber es, desde hace dos milenios, uno de los símbolos de la ciudad: monumento imperial, fortaleza medieval y residencia renacentista, y actualmente museo de enorme interés. Además, si te gusta la ópera, recordarás sin duda la historia de la Tosca de Giacomo Puccini, cuyo trágico epílogo tiene lugar precisamente aquí, en el Castillo de Sant'Angelo.
Pero ahora vuela con la imaginación al año 135 después de Cristo, cuando el emperador Adriano decide construir un gran monumento fúnebre para su familia.
Originalmente la construcción preveía sólo un imponente cuerpo cilíndrico, al que el sucesor de Adriano, Antonino Pío, añadió una maciza base cuadrada. Pero ya en el siglo siguiente, el emperador Aureliano transformó el edificio en una fortaleza al otro lado del Tíber, y desde entonces el Castillo de Sant'Angelo ha mantenido esta función defensiva, jugando un papel clave en el control de la ciudad.
A finales del siglo XIV, el castillo pasa a ser propiedad de los Estados Pontificios, y se conecta con el Vaticano con un tramo de las murallas llamada "Passetto"; en caso de peligro se convertía además en refugio seguro e incluso en residencia de los pontífices, como en el trágico año de 1527, cuando Roma fue conquistada por el ejército imperial, teniendo el papa Clemente VII que refugiarse aquí durante siete meses.
A los papas, naturalmente, también se deben las sucesivas transformaciones de la fortaleza: a mediados del siglo XV Nicolás V ordena edificar tres poderosas torres en las esquinas, que luego Alejandro VI incorporará a los imponentes baluartes, añadiéndole además una cuarta torre y rodeando toda la construcción con un foso.
A principios del siglo XVI se añade la elegante galería de la fachada frontal, y medio siglo más tarde, es el papa Pablo III Farnese el que encarga a una larga lista de artistas la construcción y decoración de sus nuevos y fastuosos aposentos.
CURIOSIDAD: uno de los elementos más famosos del castillo es su ángel de bronce, esculpido en el momento de envainar la espada: es además lo último que se añadió, en 1752, para celebrar el final de una epidemia de peste.