Audio Guide length: 2.34
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español

Has llegado finalmente a la explanada que se abre ante la fachada de la Basílica de San Juan. Por su tamaño, se utiliza a menudo para eventos populares, entre otros el famoso "concertone" del primero de mayo, fiesta de los trabajadores. La fachada con pórtico, coronada por quince grandes estatuas de santos, es una de las partes menos antiguas de la basílica, y data de la primera mitad del siglo XVIII.

El interior, majestuoso gracias a una la luz difusa, con techo de madera y grandiosas estatuas barrocas de los apóstoles, ha perdido el aspecto paleocristiano y casi todas las decoraciones medievales y del siglo XV. De hecho, con motivo del Jubileo de 1650, se renovó completamente a instancias del papa Inocencio X. Se ocupó de ello el genial arquitecto Francesco Borromini, histórico rival de Bernini, que mantuvo la división original en cinco naves.

En el tercer pilar de la nave derecha te recomiendo un fragmento de un fresco atribuido a Giotto, en el que el papa Bonifacio VIII bendice a los fieles, flanqueado por dos prelados. Según algunos estudiosos, podría representar el inicio del Jubileo del año 1300. De hecho, fue Bonifacio VIII el que proclamó el primer Año Santo de la historia, que atrajo a Roma a una impresionante multitud de peregrinos, como incluso recuerda Dante en la Divina Comedia.

¿Ves el alto tabernáculo sobre el altar mayor? Custodia las reliquias de las cabezas de los santos Pedro y Pablo...Y no te pierdas a continuación, en la parte posterior, el bello mosaico de finales del siglo XIII.

Pero antes de salir de la iglesia no puedes dejar de visitar el maravilloso claustro del siglo XIII. Es el mayor claustro medieval de Roma (sus lados miden 36 metros), y es una obra maestra de mármol delicadamente esculpido y adornado con mosaicos. Las pequeñas columnas situadas entre los arcos están emparejadas, pero casi nunca son "gemelas", sino que tienen diferentes formas y decoraciones.

 

CURIOSIDAD: en la noche de San Juan, los romanos se reunían en la plaza San Giovanni para comer caracoles, siguiendo el dicho de que "a más caracoles, más cuernos para las brujas". También para atacar a las brujas, antes de salir de casa, echaban sal gorda en el umbral, cerca de una escoba.

 

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