¡San Pedro es la iglesia más grande del mundo cristiano!
La colosal obra maestra de la arquitectura renacentista y barroca que estás a punto de visitar, la Basílica de San Pedro, constituye junto con los palacios apostólicos la parte principal de la Ciudad del Vaticano, el minúsculo Estado independiente que es el corazón de la Iglesia Católica. Estás en uno de los lugares más maravillosos del mundo, cargado con dos mil años de historia y una sucesión ininterrumpida de obras maestras del arte.
Hace unos dos mil años, en los tiempos del emperador Calígula, donde estás ahora se abría la explanada de un circo con varios edificios anexos. El área donde se desarrollaban espectáculos y competiciones deportivas era famosa por el obelisco de granito que aún se mantiene en el centro de la plaza: procede de Heliópolis, Egipto, y tiene más de 25 metros de altura. Fue aquí donde en el año 67 San Pedro fue crucificado cabeza abajo. Como puedes imaginar, el lugar donde fue enterrado el apóstol al que Cristo había confiado simbólicamente las "llaves" de la Iglesia, se convirtió muy pronto en un lugar de culto y oración.
Así que cuando en el siglo IV el emperador Constantino concedió la libertad de culto, se fundó aquí una grandiosa basílica, de tamaño aún mayor que San Juan de Letrán, donde residía el obispo. La gran basílica nació precisamente para el culto a las reliquias y la tumba del santo, por lo que para permitir el flujo y la circulación de los peregrinos se construyó un gran patio porticado, mientras que la parte del altar formaba una zona aparte.
Desde entonces, la basílica se mantuvo sin cambios durante más de mil años, antes de ser completamente demolida y reconstruida a principios del siglo XVI. Por el contrario, los palacios vaticanos, que durante mucho tiempo fueron poco más que una fortificación, han sido objeto de varias ampliaciones y reordenaciones por orden de diversos pontífices a lo largo de los siglos, tras la decisión de abandonar la antigua residencia del palacio de Letrán.
Dejando vagar la mirada por la maravillosa plaza de San Pedro, verás que forma una gran elipse alrededor del obelisco, con dos alas de profundos pórticos de cuatro columnas.
CURIOSIDAD: fue el emperador Calígula el que hizo traer el obelisco desde Egipto, y para evitar que se dañase, mandó que lo transportaran ¡en un barco cargado de lentejas!