La iglesia de Santa Balbina en Roma es un antiguo lugar de culto cristiano situado en la colina de Aventino. Fue construida en el siglo IV y es conocida por su arquitectura paleocristiana y por albergar uno de los mejores ejemplos de mosaicos paleocristianos que se conservan en la ciudad. El interior de la iglesia es sencillo y austero, con una planta basilical de tres naves y columnas de granito reutilizadas de construcciones más antiguas. Además, cuenta con un ábside decorado con mosaicos que representan a la Santa y una serie de episodios bíblicos.