Si rodeas las rampas de mármol del Vittoriano, desembocas en la empinada escalera del siglo XIV de Santa María in Aracoeli, una de las muchas iglesias de Roma con la advocación de María, por lo que siempre se indican por su "apellido".
Debes saber que esta bella iglesia del siglo XIII, vinculada a un monasterio franciscano, se encuentra en el sitio de un antiguo templo dedicado a Juno, donde según la tradición, la sibila tiburtina anunció al emperador Augusto el nacimiento de Jesús. También puedes llegar pasando por detrás del Vittoriano, con un bello paseo entre las pulidas superficies del monumento de mármol blanco y los muros medievales de ladrillo de la iglesia, disfrutando del agradable contraste entre su sencilla fachada y las solemnes construcciones cercanas.
En el interior descubrirás una gran riqueza decorativa y una notable mezcla de estilos, desde el románico hasta el barroco, algo bastante común en las iglesias de Roma. Te señalo sus partes más antiguas, a saber: el precioso suelo con incrustaciones geométricas de mármoles de colores, los dos púlpitos apoyados sobre pilares al fondo de la nave central y algunas tumbas del siglo XIII en forma de arco, con esculturas y frescos de la época.
Te recomiendo también que visites la primera capilla de la derecha, para admirar los frescos que a finales del siglo XV dedicó Pinturicchio al santo franciscano Bernardino de Siena. Son del mismo periodo también los monumentos fúnebres que ves adosados al interior de la fachada, uno de los cuales es obra de Donatello.
Al fondo a la izquierda, en la capilla dedicada a la madre de Constantino, Santa Elena, encontrarás sus reliquias. Pero debes saber que la iglesia es famosa además por una estatuilla del Niño Jesús del siglo XV, que se creía que era milagrosa porque estaba tallada con la madera de un olivo traído desde Jerusalén. En el 94 fue robada y no se ha vuelto a encontrar, pero su copia sigue siendo objeto de una intensa devoción popular.
CURIOSIDAD: ¿quieres ganar la lotería? Una antigua tradición te explica cómo hacerlo: sólo tienes que subir de rodillas los 124 escalones de acceso a la iglesia de Aracoeli , invocando a los Reyes Magos y ¡recitando el "De Profundis" por las ánimas del Purgatorio!