Domenico della Rovere (1442-1501), cardenal y obispo italiano, destacó por su influencia durante el pontificado de Sixto IV. En 1478, fue nombrado cardenal, primero en San Vitale y luego en San Clemente. Edificó el Palazzo dei Penitenzieri en Roma en 1480. En 1482, fue trasladado a Ginebra y luego a Turín. Durante su episcopado, impulsó la construcción de una nueva catedral en Turín y fundó una iglesia colegiata en Saluzzo. Su residencia renacentista en Vinovo y su majestuosa morada en Roma evidencian su dedicación al arte y la arquitectura. Falleció en 1501 y fue sepultado en la Catedral de Turín.