¡La Basílica dei Frari es una de las iglesias de Venecia más ricas en tesoros artísticos!
Como te habrás dado ya cuenta, en Venecia no siempre es fácil orientarse entre placitas, callejones sin salida y callejuelas que terminan directamente en el agua... Tienes que encontrar buenos puntos de referencia, y sin duda la Basílica dei Frari es uno de los mejores. Esta majestuosa iglesia gótica de ladrillo rojo, llena de agujas, columnas y ornamentos de piedra clara de Istria, domina el barrio de San Polo y es famosa sobre todo porque conserva obras maestras absolutas de la pintura y tumbas de artistas ilustres. Si te fijas, se asoma a un espacio de dimensiones reducidas, y casi parece abrirse paso entre las construcciones que la rodean.
La iglesia está dedicada a la Asunción de la Virgen, que es la advocación dada a María cuando esta es acogida en el paraíso: una tradición religiosa especialmente querida por los frailes franciscanos, o "frari" como se denominan en el habla veneciana. Según la tradición, la iglesia fue fundada en 1220 por el propio San Francisco cuando hizo una parada en Venecia de regreso de un viaje a Egipto: aunque no es del todo seguro que el episodio ocurriera realmente. Lo que es cierto es que pocos años más tarde, el dux asignaba a los frailes un terreno pantanoso para que fundaran una iglesia y un monasterio. Después de un fatigoso saneamiento, se erigió la primera iglesia, que tuvo tanto éxito que se debió sustituir por otra más grande, y finalmente por la actual, iniciada en la primera mitad del siglo XIV y cuya fachada se terminó un siglo más tarde.
Los franciscanos, en consonancia con su profesión de humildad y pobreza, revisaron los modelos de la arquitectura gótica con formas más sobrias: el resultado es al mismo tiempo sencillo y monumental.
CURIOSIDAD: si tu visita se produce en la época de Navidad, podrás admirar el belén instalado por los franciscanos. Es una tradición de décadas, para deleite de grandes y pequeños.
Idioma: español