La Basílica dei Frari fue la primera iglesia de Venecia en establecer un billete de entrada, y por eso es probable que hayas entrado por el lado izquierdo. En cualquier caso, ve enseguida al principio de la nave central, para hacerte una idea de conjunto de la estructura general de la iglesia.
La primera impresión que tendrás es la de una iglesia luminosa, pero bastante severa. Las tres naves están separadas por doce columnas cilíndricas altas y poderosas, que son una clara referencia simbólica al número de apóstoles. Los bordes de los arcos son de loza, y puedes apreciar el agradable contraste con el yeso claro que le da un tono cálido a la inmensidad del espacio. El impulso vertical de la arquitectura gótica se ve atenuado por las vigas de madera que conectan los arcos.
Al final de la nave central habrás ya observado el elemento inconfundible: el gran coro de los frailes, es decir, el conjunto de asientos tallados, incluidos en el grandioso recinto de piedra decorado con bajorrelieves. Desde la apertura central, sobre el altar mayor, puedes admirar el magnífico retablo de la Asunción, de Tiziano.
Caminar a lo largo de las naves de dei Frari equivale a recorrer un fascinante itinerario del arte italiano de los siglos XIV al XIX. Las numerosas capillas repletas de pinturas y estatuas y las imponentes tumbas parecen casi contradecir la sencillez del edificio.
Antes de adentrarte en la majestuosa nave central, échale un rápido vistazo a las tumbas más significativas. La más espectacular es la dedicada al dux Giovanni Pesaro, en mitad de la nave izquierda: una obra maestra de mármoles blancos y negros del siglo XVII, del mismo arquitecto Longhena al que se debe la iglesia de Santa María della Salute, también de Venecia. En el mismo lado puedes ver el monumento dedicado al gran escultor neoclásico Antonio Canova y el del magnífico compositor italiano Claudio Monteverdi. En el sepulcro de Tiziano, que se encuentra en la nave opuesta, se reproducen en bajorrelieve algunas de las obras maestras del pintor, incluida por supuesto la Asunción que acabas de ver.
CURIOSIDAD: Tiziano es uno de los artistas más longevos de la historia del arte italiano: murió con casi noventa años mientras Venecia sufría una epidemia de peste. Como era su deseo, fue enterrado en dei Frari, pero dada la situación de emergencia sólo recibió una ceremonia apresurada y una sencilla lápida. Sólo a mediados del siglo XIX se erigió un monumento de mármol en su honor que, por resultar frío y pretencioso, no le hace justicia al maestro de la pintura veneciana del siglo XVI.