Sube los peldaños de la escalera gótica y llegarás al atrio de la planta noble, donde te esperan notables esculturas de los siglos XIV y XV y el colorido Políptico de la Pasión, pintado por Antonio Vivarini sobre tablas de madera con varios compartimentos.
Poco después encontrarás la obra símbolo del museo: el San Sebastián de Andrea Mantegna. Al barón Franchetti le gustaba de manera especial esta obra refinada y atravesada por un aire de dolorosa melancolía. Para exponerlo dignamente, hizo que abrieran un nicho con mármoles y maderas doradas: todas las disposiciones posteriores de la Galería han respetado esta configuración. Mantegna representa al santo atravesado por muchas flechas muy finas: su cuerpo te indica cómo la pintura renacentista progresa hacia una conquista casi científica de la anatomía humana.
En las próximas dos salas, dedicadas al arte del trabajo con el bronce, encontrarás obras muy refinadas, todas vinculadas al siglo "privilegiado" de la Ca'd'Oro, el XV. Puedes admirar un rico medallero, flanqueado por pinturas tardogóticas, y a continuación una fascinante colección de bronces renacentistas, junto a dos bellos cuadros de Vittore Carpaccio, del cual quizás ya hayas contemplado el ciclo de las Historias de Santa Úrsula, en la Academia.
Pero tu mirada habrá quedado ya capturada por la cándida luz que se filtra desde la Sala del Portego, con su galería que se asoma al Gran Canal: a este encantamiento de aguas, cielo y arquitectura parece mirar con un suspiro la escultura más famosa del museo, titulada Pareja de jóvenes, una verdadera obra maestra poética.
Si te gusta la pintura del siglo XV, podrás encontrar muchas otras maravillas en las salas de esta planta, con cuadros de maestros vénetos, lombardos y toscanos. Si por el contrario tienes prisa, puedes subir directamente la escalera de madera que conduce a la planta superior, donde continúan las emociones.
CURIOSIDAD: en la obra de Andrea Mantegna, si miras con atención abajo a la derecha, podrás leer una inscripción en latín que nos recuerda que el artista la pintó en su vejez. La inscripción dice: "Nada es permanente excepto Dios: el resto es humo".