¡Ca' d'Oro es uno de los palacios más fabulosos de Venecia!
Si ya has tenido ocasión de pasar en vaporetto o en góndola por el Gran Canal, seguramente te habrás quedado fascinado ante la fachada de Ca' d'Oro, el más célebre y el mejor conservado entre los palacios góticos de la ciudad. La triple arquería, las almenas enrevesadas y el revestimiento de mármol hacen de este palacio el símbolo mismo del esplendor de la Serenísima, si bien los dorados que justificaban el sobrenombre del edificio se han desvanecido con el paso de los siglos.
Ca' d'Oro fue construida en la primera mitad del siglo XV por el patricio Marino Contarini: el proyecto del edificio se debe a maestros de obras lombardos, mientras que la decoración se confió a un artista veneciano que también trabajó en el Palacio Ducal.
La fachada que da al Gran Canal sorprende por el espectacular contraste entre la parte derecha, con paredes lisas revestidas con losas de mármol, y la parte izquierda, una obra maestra de la arquitectura gótica compuesta por una planta pórtico y logias superpuestas con arcos entrelazados. Por todas partes aparecen incrustados refinados elementos esculpidos.
La entrada te lleva a un hermoso patio, con dos lados con pórticos y en el centro un pozo con un elegante brocal esculpido. La escalera gótica, bien conservada, es otra verdadera joya.
En un lado del pórtico puedes ver el lugar en el que se custodian las cenizas del último propietario del palacio, el barón Giorgio Franchetti. Músico y coleccionista refinado, donó al Estado italiano el edificio y las obras de arte que contenía. La galería Franchetti se abrió al público en los años 20 y luego se reformó y amplió, pero mantiene su carácter de colección privada con una mezcla mágica de obras de arte, salas del siglo XV y las incomparables vistas del Gran Canal.
CURIOSIDAD: entre los numerosos propietarios de Ca' d'Oro a largo de los siglos, estuvo también un ruso que la compró en 1846 para regalársela a la mujer de la que estaba enamorado. Se trataba de Maria Taglioni, quizás la bailarina más grande de la época. ¡No está mal como regalo!