Audio Guide length: 2.35
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español

Estás ahora ante la mayor obra del patriarca de la pintura veneciana: la Piedad, la última obra de Tiziano. Se trata de una pintura trágica, una página cargada de valores personales y autobiográficos. Tiziano, con casi noventa años, se retrató a sí mismo de rodillas en el papel del viejo Nicodemo, el discípulo de Jesús que ayudó a enterrar su cuerpo después de la crucifixión. Este lienzo estaba destinado a decorar la tumba del pintor, en la capilla del Crucificado de la basílica dei Frari, pero Tiziano no logró terminarlo.

Tiziano murió el 27 de agosto de 1576, durante una terrible plaga, pero probablemente no a causa de la enfermedad: de hecho, su cuerpo no fue llevado a la fosa común, sino a la basílica dei Frari, donde fue enterrado bajo una sencilla lápida, como quizás ya sepas si has tenido ocasión de visitar la iglesia. Esta Piedad fue completada por Jacopo Palma el Joven y colocada en la iglesia del Ángel, y de allí pasó a la Academia.

La trágica escena está enmarcada por un arco de piedra maciza, revestido en la parte superior con mosaicos de oro. Enmarcar una escena con un elemento arquitectónico de fondo era un viejo truco de la pintura veneciana, y en el recorrido de las Galerías de la Academia encontrarás que lo adoptan también Giovanni Bellini y Carpaccio. Pero aquí se propaga una luz débil, impura, que parece casi corroer las formas y los colores. En los extremos del cuadro, las dos estatuas representadas son las de Moisés y la sibila, pero parecen evanescentes como fantasmas.

El grupo de personajes es impresionante: la Magdalena grita de angustia, mientras que la Virgen parece petrificada. Por el cuerpo de Cristo, martirizado y deshecho, puedes constatar personalmente que Tiziano, al final de su larga vida, a veces no pintaba con pinceles, sino con los dedos empapados de color, dejándolos arrastrar sobre el lienzo.

 

CURIOSIDAD: mira con atención el cuadro de abajo a la derecha: apoyado en la base de la Sibila, que se corresponde con el pequeño escudo de la familia Vecellio, podrás ver un exvoto. Con este exvoto, fielmente reproducido, el pintor pidió a la Virgen que los salvara de la peste a él y a su hijo Orazio, pero por desgracia la oración quedó sin respuesta: el hijo murió pocas semanas después que el padre.

 

 

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