La Iglesia de San Jeremías Profeta, también conocida desde 2018 como Santuario de Santa Lucía, es un importante edificio religioso en Venecia, ubicado en el sestiere de Cannaregio. Construida en la Edad Media y reconstruida en los siglos XVIII y XIX, alberga obras de arte significativas y las reliquias de Santa Lucía de Siracusa. Estos restos, trasladados en el siglo XIX desde la demolida iglesia de Santa Lucía, atraen a peregrinos de todo el mundo. La capilla que los alberga proviene de la iglesia palladiana demolida en 1861. En 1955, el futuro Papa Juan XXIII hizo colocar una máscara de plata en el rostro de la santa. En 1981, delincuentes robaron el cuerpo de Santa Lucía, pero la policía lo recuperó sin pagar rescate. La elevación a Santuario en 2018 ha avivado la devoción, mientras que la población de Siracusa reclama el regreso de los restos a su ciudad natal, de la cual fueron llevados a Venecia en 1204 durante la Cuarta Cruzada.