Caterina Cornaro fue una noble veneciana que se convirtió en reina de Chipre a través de su matrimonio con el rey Jacobo II de Chipre. Después de la muerte de su esposo, Caterina se convirtió en la regente de Chipre en nombre de su hijo. Sin embargo, en 1489, debido a la presión de la República de Venecia y las amenazas otomanas, Caterina fue forzada a abdicar y entregó el control de Chipre a Venecia. Esta entrega de las llaves de Famagusta a Venecia marcó el comienzo del dominio veneciano en la isla de Chipre.