Si Venecia hubiera estado gobernada por un soberano, el Palacio Ducal sería el palacio real más lujoso de la Europa renacentista. Ten en cuenta que la clase dirigente en tiempos de la Serenísima había desarrollado con el paso de los siglos una eficaz "estrategia de imagen", en la que las obras de arte tenían una función precisa de representación política. El culmen de esta estrategia se produjo durante el siglo XVI, cuando Venecia estaba considerada como "la ciudad más triunfal del universo".
Imagina que eres un diplomático o un visitante de la época que sube por primera vez los escalones de la Escalera de Oro, continuación natural de la Escalera de los Gigantes: ¿no te quedarías tú también deslumbrado por tanta magnificencia? Esta escalera absolutamente espectacular fue construida a mediados de siglo según el proyecto del ya mencionado Sansovino. Los estucos sobre fondo dorado se terminaron unos años más tarde.
Ahora haz una pausa y ve a la antecámara de las salas del Senado y de la Signoria.
En la reconstrucción que siguió al incendio del que te he hablado, las salas más importantes del palacio se dotaron de grandiosos techos de madera dorada, llamados "a la veneciana", en los que se insertaron lienzos de tema conmemorativo. Se empleó a los mejores artistas de la época, pero la responsabilidad de establecer la dirección estilística general se confió al mayor pintor de finales del siglo XVI veneciano: Jacopo Robusti, llamado el Tintoretto.
Tras subir la Escalera de Oro hasta arriba y cruzar un atrio cuadrado, habrás llegado a una gran estancia que servía de antesala a los pasillos del Senado y la Signoria. A pesar de ser una simple sala de espera, como muestran las cuatro monumentales portadas de mármol, tiene una suntuosa presentación ornamental. El techo fue diseñado por el gran arquitecto Andrea Palladio, mientras que en las paredes puedes ver obras de tema conmemorativo, incluida la pintura votiva del dux Grimani, iniciada por Tiziano.
CURIOSIDAD: en una pared de la Planta delle Logge, entre la planta baja y la primera planta noble, observarás unas extrañas bocas de león. Se remontan a los tiempos de los dux y servían para que los ciudadanos denunciaran crímenes y delitos. La nota se deslizaba en la ranura y terminaba en una caja de madera, según la oficina a la que iba dirigida la denuncia.