La Cuarta Cruzada fue un evento histórico que ocurrió entre los años 1202 y 1204. Fue llevada a cabo por los cristianos europeos con el objetivo de recuperar la Tierra Santa, particularmente Jerusalén, de manos de los musulmanes. Sin embargo, a diferencia de las cruzadas anteriores, la Cuarta Cruzada tomó un giro inesperado. En lugar de dirigirse directamente a Jerusalén, los cruzados se desviaron hacia Constantinopla, la capital del Imperio Bizantino en ese momento. Allí, en lugar de luchar contra los musulmanes, los cruzados atacaron y saquearon la ciudad. Esta desviación de la ruta original se debió en gran medida a las rivalidades políticas y económicas entre los líderes y los intereses individuales de los cruzados. El saqueo de Constantinopla causó un gran resentimiento entre los cristianos y los bizantinos, y se considera un evento desastroso para el Imperio Bizantino.