CASTELVECCHIO

Corso Cavour

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español Idioma: español
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Al salir del Castelvecchio, a la izquierda se encuentra la calle más elegante y monumental de Verona: Corso Cavour, cerrada al final por la romana Porta Borsari.

En dirección al centro de la ciudad te encontrarás entre dos alas de palacios nobles de diferentes épocas, del siglo XVI al XVIII.

 

Es un paseo por la historia que comienza con el pequeño jardín a orillas del río Adigio, donde hay un elegante monumento romano: el Arco dei Gavi.

Construido en el siglo I d.C., tiene un solo arco flanqueado por columnas corintias, rematado por un frontón triangular. A principios del siglo XIX, cuando Verona estaba ocupada por Napoleón, el arco fue demolido. Se reconstruyó en 1933 utilizando los materiales originales. En las cercanías también hay restos de una calzada romana.

 

Caminando por Corso Cavour se encuentra, a la izquierda, el grandioso Palacio Canossa, reconocible por su balcón con estatuas del siglo XVIII. Le sigue, en el mismo lado, un arco gótico que conduce al lado de la antigua iglesia de San Lorenzo, un pequeño pero muy interesante edificio románico que data de principios del siglo XII. El interior, sostenido por pilares, se caracteriza por la presencia de una logia que recorre toda la parte superior.

 

En el lado opuesto de Corso Cavour se encuentra otra iglesia histórica, dedicada a los Santos Apóstoles y que también data del siglo XII. En su interior se conservan partes de un antiguo lugar de culto paleocristiano, donde fue bautizada la condesa Matilde di Canossa.

 

Porta Borsari, que encontrarás al final de Corso Cavour, toma su nombre de los borsari, los funcionarios que tenían la función de recaudar los impuestos sobre las mercancías que llegaban a la ciudad. Enclavada entre las casas, es un perfecto ejemplo de cómo los restos romanos se integran en el tejido urbano del centro de Verona. La puerta data del siglo I d.C, y fue la entrada monumental a la ciudad por el decumanus maximus, la principal calle romana. La fachada exterior está prácticamente intacta: sobre los dos arcos de acceso, las ventanas y los arquitrabes forman un escenario casi teatral.

 

Curiosidad: algunos aspectos decorativos de la Porta Borsari, como los frontones triangulares y las columnas salomónicas, fueron retomados 1500 años más tarde por el arquitecto Michele Sammicheli, que los utilizó en la fachada del adyacente y espléndido Palacio Bevilacqua, construido en 1530.

 

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