El espléndido jardín de Shinjuku Gyoen es diferente al resto de jardines de Tokio por estar dividido en tres áreas muy distintas entre sí. De hecho, dentro puedes ver tres jardines: uno de estilo francés, uno de estilo inglés y otro de estilo tradicional japonés. Este espacio verde se realizó en la época del Emperador Meiji, durante la cual Japón se abrió a la cultura occidental
Originalmente, aquí había un jardín japonés, construido en 1772 para el palacio de un Daimyo, es decir, un señor feudal del periodo Edo. Tras el final de este periodo, con el retorno del poder imperial, la casa y los terrenos se convirtieron en un centro agrícola experimental y luego en un jardín botánico. En 1879, se convirtió en un verdadero jardín imperial, mientras que en 1906 se rediseñó y construyó como lo ves hoy en día.
La visita de este enorme jardín de 58.000 metros cuadrados y con una circunferencia de 3 kilómetros y medio, ofrece una experiencia única.
Te recomiendo que comiences tu paseo por el jardín francés, geométrico, centrado en la simetría de los parterres, con setos podados, estatuas, juegos de agua y preciosas vistas.
A partir de ahí se pasa a un amplio jardín inglés, más salvaje, que se basa en la combinación y en la alternancia de elementos naturales y artificiales, incluyendo cuevas, arroyos, árboles centenarios, arbustos, pagodas, templos y ruinas, que descubrirás paseando como si estuvieras en un bosque encantado.
Por último, te encontrarás en un espléndido jardín japonés, lleno de estanques, puentes y arroyos, construido para recrear miniaturas de los paisajes de las montañas japonesas.
Entre los aproximadamente 10.000 árboles que crecen en Shinjuku Gyoen, puedes encontrar los primeros cedros del Himalaya y los primeros cipreses que se plantaron en Japón.
Gracias a las flores de cerezo en primavera, los tiernos colores verdes del verano, los crisantemos y las hojas amarillas del otoño y los paisajes nevados de invierno, este es el lugar perfecto para acercarse a la naturaleza y disfrutar del paso de las estaciones.
Me despido con una curiosidad: en 1989, justo aquí, en Shinjuku Gyoen, tuvo lugar la ceremonia funeraria del emperador Hirohito, a la que asistieron miles de personas y numerosos jefes de estado.