El Santuario Yasukuni es un enorme complejo de edificios y jardines que merece una visita sin prisas para captar la atmósfera de paz y tranquilidad, así como su belleza.
Como todos los santuarios, Yasukuni cuenta con la típica puerta sagrada japonesa, llamada Torii, que consta de dos postes que sostienen un tercero en horizontal. La primera que verás era la más grande de Japón cuando se erigió en 1921, tiene 25 metros de alto y 34 de ancho, pero es una copia de la original, que fue destruida. Esta te conduce a un camino bordeado de árboles que se cierra con una segunda puerta Torii más pequeña, pero al mismo tiempo la más grande hecha de bronce.
Recuerda lavarte la boca y las manos en la pila de granito a tu izquierda antes de pasar por la puerta y llegar a la cancela principal, llamada Shinmon, construida por completo con madera de ciprés. Cuando cruces la puerta, te darás cuenta de que cada una de sus hojas está pintada con estupendos crisantemos amarillos de un metro y medio de alto de diámetro, y acabarás en un gran jardín de cerezos ubicado en frente del santuario.
A la izquierda verás dos edificios que contienen oficinas, mientras que a la derecha verás un pequeño Teatro Noh, donde se realizan representaciones en honor a las almas de los caídos en la batalla.
Al pasar una tercera Torii de ciprés, te encontrarás frente al salón principal, decorado con una gran cortina blanca pintada con crisantemos estilizados, símbolos del emperador. En frente hay una caja de madera para las ofrendas. Aquí podrás asistir a algunos rituales que tanto religiosos como civiles realizan en homenaje a las deidades ancestrales veneradas en el templo.
A la derecha hay una gran sala de espera y otro edificio para acoger a los numerosos peregrinos, más de cinco millones al año.
Después de pasar por el salón principal, llegarás a otro patio que precede al verdadero santuario. Data de 1872, pero se restauró en 1989. Según la religión sintoísta, en él residen las deidades ancestrales, es decir, las almas de los difuntos. Sin embargo, los turistas no pueden entrar.
Curiosidad: en abril de 2014, el cantante Justin Bieber visitó Yasukuni y publicó una foto en Internet, pero después de las críticas de seguidores chinos, japoneses y coreanos, aseguró que no se había dado cuenta de que al fondo se veía el templo.