¡Las Casas del Parlamento son uno de los monumentos más emblemáticos de Londres!
Estás ahora ante el gran edificio gubernamental neogótico que se extiende sobre la orilla del Támesis, y que es sin duda uno de los monumentos de la ciudad, gracias a la inconfundible silueta de la torre reloj apodada "Big Ben".
Han pasado casi mil años desde que el rey Eduardo el Confesor hizo construir un palacio para su residencia cerca de la Abadía de Westminster, destinándolo también a usos administrativos y políticos. En este palacio medieval vivieron y gobernaron todos los reyes ingleses hasta Enrique VIII: luego se convirtió en la sede del Parlamento.
En la primera mitad del siglo XIX quedó devastado por un incendio tan terrible que se tuvo que derribar casi en su totalidad, salvándose sólo el Westminster Hall. El concurso para la reconstrucción requería explícitamente un edificio que fuese un homenaje a la tradición y al mismo tiempo un salto hacia la modernidad. El arquitecto eligió el estilo neogótico, muy apreciado en la época de la reina Victoria, y que fue adoptado en décadas posteriores para otros edificios parlamentarios de varios países europeos.
Las dos inconfundibles torres que ves a los lados del complejo son la esbelta Torre del Reloj, es decir, el famosísimo "Big Ben", y la maciza Torre Victoria, de más de 100 metros de altura.
La sala más importante es el Westminster Hall, construido hace más de mil años y modificado en el siglo XIV para introducir las bóvedas de madera de roble. Utilizado durante siglos como tribunal de justicia, actualmente se exponen aquí los fallecidos de la familia real antes de sus funerales solemnes.
Como sabrás, el Parlamento inglés está organizado en dos Cámaras (Cámara de los Comunes y Cámara de los Lores): estas grandes salas están conectadas por un amplio espacio octogonal, el Central Lobby, corazón de todo el complejo.
CURIOSIDAD: los ingleses, que son famosos por su sentido práctico, han encontrado el modo de evitar conflictos en la Cámara de los Comunes: dos líneas rojas en el suelo, separadas por la longitud de dos espadas desenvainadas, obligan a gobierno y oposición a no sobrepasar sus respectivas líneas y a no entrar nunca en contacto físico.