En el umbral de la salita dedicada al pintor italiano Piero della Francesca encontrarás a menudo a un vigilante que invita a mantener el silencio, casi como en la entrada a un santuario.
Aquí puedes admirar dos pinturas realizadas por Piero para su amada localidad natal, Borgo San Sepolcro, en la Toscana.
Pintor y apasionado estudioso de la geometría y la perspectiva, Piero della Francesca vivió y trabajó en pleno siglo XV. A pesar de estar considerado como uno de los mayores genios de la historia del arte, se movió principalmente por localidades italianas medias y pequeñas, como Rímini, Arezzo y Urbino, un poco alejadas de las grandes capitales artísticas de la época.
Comienza por el cuadro titulado El bautismo, en el que notarás inmediatamente la pasión del pintor por la geometría y los volúmenes puros y limpios. Si te fijas, podrás identificar una línea vertical imaginaria que divide la imagen en dos: empieza en la parte superior central, pasa por el pico de la paloma, divide el rostro de Cristo, recorre sus manos juntas y continúa entre sus pies. Las aguas del Jordán fluyen claras entre los pies de la pareja central. San Juan está representado en el momento justo en el que bautiza a Jesús mojándole la cabeza. Detrás de los dos puedes ver a un hombre que se está desnudando, preparándose para recibir el bautismo. A la izquierda hay tres ángeles, unidos en gestos de amistad, que asisten a la escena. Una luz uniforme congela el momento que está teniendo lugar y lo hace eterno. Si miras el paisaje con atención, detrás del costado derecho de Cristo, puedes ver una población: es precisamente Borgo San Sepolcro, su amada ciudad natal, a la que el artista rinde homenaje.
Pasa ahora al cuadro titulado la Natividad, que es probablemente una de las últimas obras de Piero. Aquí puedes ver a Jesús recién nacido y tendido en el manto azul de la Virgen, de rodillas rezando. Los tres hombres que están detrás podrían ser los Reyes Magos, uno de los cuales señala el cielo y la estrella que los ha guiado, aunque también pueden ser pastores que han venido a adorar a Jesús. En ese caso la figura sentada con las piernas cruzadas es, probablemente, San José, mientras que a la izquierda hay un grupo de ángeles sin alas que cantan y tocan el laúd. Si te fijas, resulta extraño que los laúdes no tengan cuerdas, ¡aunque los mensajeros divinos son capaces incluso de tocar sin ellas!
CURIOSIDAD: Piero della Francesca nació después de la muerte de su padre, por lo que recibió como apellido el nombre de su madre, llamada "la Francesca". Murió el 12 de octubre de 1492, ¡exactamente el mismo día que se descubrió América!