En la misma sala de las obras de van Eyck encontrarás también una pintura con la que resulta interesante compararlas, aunque provenga de un contexto geográfico muy diferente. La obra se titula San Jerónimo en su estudio, de Antonello da Messina, y es un hito en la historia de las relaciones entre la escuela italiana y la flamenca en pleno siglo XV.
Observa antes que nada el contraste entre las pequeñas dimensiones de este cuadro y la gran precisión con la que se representa cada detalle. La escena está enmarcada por un arco que atrae tu mirada, casi invitándote a entrar. San Jerónimo está sentado en su escritorio, inmerso en la lectura. Lleva el tradicional hábito rojo cardenalicio, mientras que el sombrero lo puedes ver apoyado en el banco, detrás de él. El estudio de madera se encuentra dentro de una construcción gótica, que podría ser una iglesia o un palacio.
Presta atención al cuidado con el que están representados los muebles y cada uno de los objetos: los libros abiertos para la consulta del estudioso o cerrados en los estantes, los jarrones de cerámica decorados y destinados a la conservación de hierbas aromáticas... El suelo de baldosas geométricas dirige tu mirada hacia las ventanas del fondo: en las tres de arriba puedes ver algunos pájaros volando, las de abajo se abren a un paisaje con colinas. La vida activa fuera del estudio contrasta con la contemplativa que se desarrolla en el interior. El león que ves a la derecha es una presencia constante en las representaciones del santo, y recuerda la leyenda según la cual Jerónimo le sacó una espina de la pata a un león, que desde ese momento se mantuvo siempre a su lado.
Aunque en esta pintura hay muchos otros elementos simbólicos ocultos: por ejemplo, la perdiz y el pavo real que ves en primer plano en la base del arco. La perdiz representa la verdad, ya que se creía que estas aves siempre reconocían la voz de su verdadera madre; el pavo real sería el símbolo de la inmortalidad, porque se creía que su carne era incorruptible.
Las dos plantas pintadas junto al gato en el rellano del escritorio tienen también un significado simbólico: el boj es el emblema de la fe en la salvación divina, y el geranio representa la Pasión de Jesús.
CURIOSIDAD: un apasionado del arte tuvo la idea de mirar la pintura con un espejo. Y descubrió una cifra, 1774, y una inscripción que significa Messina. Todo ello en dos baldosas del suelo. Intenta encontrarlas tú también, ¡si tienes un espejito!