Te encuentras ahora a los pies del London Eye, que desde 2015 ha sido rebautizado como "Coca Cola London Eye", en honor a su nuevo patrocinador. Como puedes ver, ahora que estás justo debajo, la noria panorámica en realidad se parece a una rueda de bicicleta, y de hecho se ha utilizado como logo para carreras ciclistas. Si no has comprado previamente la entrada online, ponte pacientemente en la fila, en la cola "estándar", esperando tu turno y mirando con un poco de envidia a los visitantes que la evitan porque poseen el llamado "fast-track". Durante la espera, de todas formas, te entretendré con más detalles sobre este gigantesco "ojo londinense" que lo ve todo y a todos.
Tendrás la suerte de admirar Londres en todo su esplendor, gracias a la vista panorámica de 360°, que alcanza hasta los cuarenta kilómetros de distancia.
Te aconsejo, sin embargo, que pospongas tu paseo si es un típico día de niebla o si sufres de vértigo, aunque una vez dentro de la cápsula transparente climatizada, siempre puedes sentarte en el banco central y cerrar los ojos durante los treinta minutos necesarios para que la noria dé una vuelta completa.
Si por el contrario no tienes miedo a las alturas, puedes seguir adelante y entrar en una de las cabinas de ocho metros por cuatro. Cada una de las cabinas lleva el nombre de un distrito de Londres, son de forma oval y tienen una capacidad de veintiocho personas.
Por último, además del paseo "normal", el London Eye también se utiliza para celebrar diversos eventos, como peticiones románticas, bodas espectaculares o una cena o una fiesta privada de... ¡alto nivel!
CURIOSIDAD: en 2017, un conocido portal web de viajes puso en marcha un concurso que daba la oportunidad de pasar una noche entera en pareja entre las estrellas, en una cabina del London Eye especialmente transformada en un auténtico ático de cristal, ¡con una decoración inspirada en la selva tropical!
Idioma: español