SOANE MUSEUM

Hogarth Conclusión

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Audio Guide length: 2:39
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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El sexto episodio, titulado El garito, te deja ver una impresionante galería de caras y gestos marcados por el vicio y la corrupción. El libertino está de rodillas, y maldice su mala suerte; la peluca, tirada en el suelo, ya no puede ocultar su cabeza completamente calva. A la derecha, un enorme usurero prepara un pagaré para un préstamo de 500 libras. Casi nadie parece darse cuenta de que desde el fondo del local se está filtrando humo, indicio del incendio que dentro de poco va a devastarlo todo.

 

Ahora pasa al séptimo y dramático cuadro titulado La prisión, donde descubres que Tom ha sido encarcelado por deudas de juego. La escena es dramática: a la izquierda, Tom tiene una expresión de terror, mientras que la vieja con la que se casó le grita al oído: un niño ha traído una jarra de cerveza y reclama el pago, mientras el carcelero le pide la propina. Por los diversos objetos esparcidos alrededor comprendes que el libertino ha intentado inútilmente ganar dinero con los inventos, la alquimia o la escritura de obras de teatro. A la derecha, Sarah se desmaya al ver la decadencia de su antiguo seductor. Entre las personas que tratan de sostenerla aparecen también un abogado y una niña, la "hija del pecado" cometido junto a Tom Rakewell.

 

Pasa ahora a la octava y última entrega, titulada El manicomio. En el manicomio para pobres de Bedlam, Tom rueda por el suelo, casi desnudo y en plena crisis. Dos enfermeros le atan las muñecas y los tobillos, mientras Sarah lo sujeta entre lágrimas. Dos hermosas señoras visitan el lugar como pasatiempo: su sonrisa es el detalle más áspero e inhumano del ciclo. Alrededor de ellas, puedes ver la vida cotidiana de los locos en su monstruosa comedia. A la izquierda, puedes ver a un trío formado por un hombre entrado en carnes que se cree el papa, un enloquecido violinista y un enano melancólico, enfermo de amor. En el centro, un loco posa como un soberano con cetro y corona de papel, mientras que un sastre en actitud simiesca se ha vestido con muestras de telas y un astrónomo demente mira por un telescopio de cartón; en la celda que está detrás de Sarah puedes ver a un hombre presa de una crisis mística. Piensa que antes de Hogarth ningún pintor se había atrevido a representar el verdadero interior de un manicomio.

 

CURIOSIDAD: Hogarth fue sin duda un precursor, pues cuando terminaba una obra la vendía publicando un anuncio en los periódicos. Hoy, sin embargo, ¡tendría un blog en internet!

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