¡El de Londres es el metro más antiguo y más famoso del mundo!
Definitivamente no hay color: aunque los tradicionales autobuses rojos de dos pisos sean uno de los símbolos universales de la ciudad, la tela de araña de las líneas que discurren bajo tierra supone el sistema más rápido y eficiente para moverte de un barrio a otro. El de Londres, además, constituye una atracción turística en sí.
Durante tu estancia en Londres tendrás, inevitablemente, que hacer uso del metro. Su nombre oficial es Underground, pero familiarmente también se lo conoce como The Tube, "el tubo", por la forma de las galerías más viejas, de sección circular con un diámetro de tres metros y medio.
Durante la Exposición Universal de 1851 se comprobó que las estaciones de ferrocarril en torno al centro urbano estaban demasiado separadas, y además se imponía la necesidad de una forma más cómoda y práctica de pasar de un lado a otro del Támesis. Varias compañías empezaron a diseñar una línea subterránea de trenes, y en 1863, como una iniciativa privada, se abrió el primer tramo del metro, la City Line: el acontecimiento estaba destinado a revolucionar el transporte en las grandes ciudades de todo el mundo, aunque se llevó a cabo sin ninguna ceremonia especial. Los trenes de vapor eran idénticos a los de la superficie, con vagones de primera, segunda y tercera clase.
El sistema se desarrolló rápidamente, y cinco años más tarde ya estaba en funcionamiento el ramal entre Westminster y South Kensington. A principios del siglo XX las líneas abiertas eran ya ocho.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la red de túneles subterráneos se transformó en un enorme refugio antiaéreo y de emergencia, distribuido por todos los barrios.
Hoy en día puedes elegir entre once líneas de metro, identificadas por distintos colores. El número total de estaciones, incluidas las conexiones con los trenes de cercanías, asciende a 382, para una longitud total de 402 km, que hacen del metro de Londres el cuarto más grande del mundo y el primero de Europa.
CURIOSIDAD: a una velocidad media de 33 kilómetros por hora (paradas incluidas), se calcula que cada tren recorre un total aproximado de 123.000 km al año, o lo que es lo mismo, ¡tres veces la vuelta al mundo!