El Hermitage es uno de los museos más bonitos del mundo y, además, cuenta con la mayor colección de obras de arte después del Louvre de París. Sus colecciones incluyen más de tres millones de objetos, incluyendo alrededor de 16 000 cuadros. La exhibición muestra solo una quinta parte de los hallazgos que custodia el museo, y están repartidos en seis edificios históricos, entre los que se encuentran el Palacio de Invierno, el Nuevo y el Viejo Hermitage, que se comunican entre sí, y el ala este del edificio del Estado Mayor. También hay otras sedes importantes, como el Palacio Menshikov, la Fábrica Imperial de Porcelana y el Centro de Restauración y Almacenamiento Staraya Derevnya.
El primer núcleo de la valiosísima colección de obras de arte se remonta a 1764, cuando la emperatriz Catalina la Grande compró un importante número de pinturas a un comerciante berlinés, con obras de artistas como Rembrandt, Rubens, Van Dyck, Rafael y Tiziano.
Inicialmente, las preciadas obras maestras se alojaban en el Palacio de Invierno, pero entre 1771 y 1787 la emperatriz, para dar cabida a la creciente colección, mandó construir el Pequeño Hermitage y poco después el Viejo Hermitage, también conocido como Gran Hermitage.
La colección siguió creciendo incluso después de la muerte de Catalina gracias a sus sucesores, hasta el punto de que, entre 1839 y 1851, fue necesario construir otro lugar para albergarla: el Nuevo Hermitage.
Sin embargo, en aquella época, solo unos pocos afortunados, exponentes de la aristocracia, podían ver la colección; por eso le llamaron Hermitage, que significa ermita, para señalar que era un lugar exclusivo.
No fue hasta 1852 que el zar Nicolás I decidió abrir al público el que por aquel entonces ya era un gran museo.
Durante la época soviética, las colecciones del Hermitage se enriquecieron aún más con la suma de numerosas obras confiscadas, o mejor dicho nacionalizadas, de las residencias reales y nobles; el Palacio de Invierno al completo pasó a formar parte del museo, que continuó creciendo después de la Segunda Guerra Mundial añadiendo otros edificios.
Curiosidad: una de las colecciones más valiosas, a la que solo se puede acceder con una visita guiada, se conserva en la Galería de Tesoros, dividida en «Sala de Oro» y «Sala de Diamantes». Se trata de una maravillosa colección de objetos antiguos de valor incalculable; ¡algunos datan del siglo VII a.C.!