El Museo Pedro el Grande de Antropología y Etnografía de la Academia de Ciencias Rusa, más conocido como Kunstkámera, fue el primer museo público de Rusia.
Georg Johann Mattarnovy diseñó el edificio mezclando estilos arquitectónicos típicos del norte de Europa. Al zar Pedro el Grande le gustaba tanto este estilo ecléctico, que se le conocía como estilo barroco-petrino. La construcción del complejo duró desde 1719 hasta 1727.
En el museo, Pedro el Grande quería exponer su Kunstkámera, «la habitación de las maravillas». El término es alemán y significa, literalmente, «sala de arte», pero durante el siglo XVIII se utilizó para referirse a las colecciones privadas de los nobles.
La colección del zar constaba de una serie de objetos realmente curiosos que se habían conservado originalmente en el Palacio de Verano. Esta colección comenzó con la compra de una serie de hallazgos inquietantes, como fetos deformes y animales con defectos anatómicos, que Pedro había visto por primera vez en 1697, durante una visita a Holanda.
Muchas de las piezas fueron compradas por el zar en Ámsterdam al farmacéutico Albertus Seba y al anatomista Frederik Ruysch, y constituyeron la base de la Academia de Ciencias. Otras las compró a Jacob de Wilde, un coleccionista de piedras preciosas e instrumentos científicos. En 1716, Pedro amplió su colección con 1195 minerales que compró al doctor Gotvald de Gdansk y otras piezas procedentes de Rusia.
El museo cuenta actualmente con una colección de cerca de dos millones de piezas procedentes de todo el planeta, considerada una de las más interesantes y grandes del mundo, que incluye también las colecciones originales de Pedro el Grande.
Me despido con una curiosidad: se dice que el zar compró esta extraña colección porque quería fomentar el estudio de las deformidades entre la comunidad médica, y concienciar a la sociedad para que dejara a un lado los prejuicios hacia las personas con deformidades, consideradas «monstruos» en la época. También emitió un decreto ordenando que los fetos con malformaciones de todo el país fueran enviados a la colección imperial y, después, los exhibía en la Kunstkámera como ejemplos de errores de la naturaleza. Además, prometió vodka gratis a los visitantes del museo para animarlos a conocer las curiosidades de la naturaleza, como ovejas con dos cabezas o gemelos siameses.