En el palacio de Peterhof, si recorres el camino de unos 3 km que lleva desde el Palacio de Marly hasta el Cottage, podrás visitar numerosos edificios históricos, la mayoría convertidos en museos.
Te recomiendo que empieces por el Palacio de Marly, construido alrededor de 1720 por orden de Pedro I para acomodar a los huéspedes importantes. Se trata de una encantadora residencia barroca inspirada en el pabellón de caza del rey Luis XIV en Marly Le Roi, a las afueras de París, que Pedro vio durante su visita a Francia en 1717.
Muy cerca se encuentra el Pabellón del Hermitage, un pequeño edificio de dos plantas construido alrededor de 1725. Su peculiaridad es que el comedor, en el piso superior, y la cocina, en el piso inferior, estaban conectados por un sistema de montacargas que se utilizaba para poner la mesa directamente delante de los comensales y evitar así que los huéspedes tuvieran contacto con la servidumbre.
Si sigues adelante, llegarás al Palacio Monplaisir, que significa «mi placer», situado en medio de un pequeño parque dividido en seis jardines temáticos, entre los que podrás encontrar un jardín chino y un laberinto. Monplaisir, que recuerda vagamente a una villa colonial holandesa, con su tejado a dos aguas y sus estrechas ventanas rectangulares, era el lugar donde a Pedro el Grande le encantaba refugiarse. El interior, dividido en siete hermosas habitaciones, son una visita obligada. El complejo también incluye el Palacio de Catalina y el Palacio de los Baños.
Continuando el recorrido podrás ver los imponentes contornos de las escuderías reales hasta llegar al Cottage, un edificio muy curioso que merece una visita, diseñado en estilo gótico inglés por el arquitecto escocés Adam Menelaws. Se construyó en 1825 para el zar Nicolás I y su esposa Alejandra, a quien el zar dedicó el parque homónimo en el que se sitúa el Cottage.
Curiosidad: la zarina Catalina II, antes de destronar a su marido, Pedro III, vivió durante mucho tiempo en el Palacio de Catalina, desde donde salió el 26 de junio de 1762 para arrebatar el trono de Rusia a su odiado esposo y convertirse en Catalina la Grande.