Cuenta la leyenda que Singapur nació en 1299, cuando un príncipe malayo arribó allí tras una tormenta y encontró leones, por lo que fundó el reino de Singapura, es decir, «ciudad de leones». Sin embargo, la ciudad moderna surgió en 1819, cuando el secretario general de la Compañía de las Indias Orientales, Thomas Stamford Raffles, se dio cuenta de su posición estratégica y quiso convertirla en una colonia británica.
Durante el dominio inglés creció rápidamente y, tras su independencia, Singapur pasó a formar parte de Malasia. Sin embargo, fue expulsada por divergencias políticas y, desde el 9 de agosto de 1965, es un estado independiente.
Singapur se alza principalmente en una isla rodeada por un archipiélago de 62 islas, en un área de solo 641 km2, por lo que se trata del segundo país con mayor densidad de población después del Principado de Mónaco, y el primero en número de millonarios por habitante. De hecho, Singapur es un paraíso fiscal y una potencia económica. Además, su puerto es uno de los más transitados del mundo.
Su limitado territorio ha obligado a Singapur a crecer en altura, por lo que la ciudad está llena de espléndidos rascacielos. Aun así, que no te engañe su panorama futurista. Singapur ofrece unos espacios naturales increíbles: los maravillosos Jardines de la Bahía, los magníficos safaris, los numerosísimos parques tropicales y las playas de arena blanca.
Pero la característica fundamental de la ciudad es su población multiétnica: sus cinco millones de habitantes, en su mayoría de origen chino, malayo e indio, comprenden otras muchas etnias tanto asiáticas como europeas. El 42 % de los residentes son extranjeros. Así, en sus barrios chinos, indios e islámicos, puedes encontrar fascinantes templos budistas, hinduistas y encantadoras mezquitas. También podrás visitar sus ricos museos de historia y de arte contemporáneo, que se encuentran entre los más importantes de todo el Sudeste Asiático.
Curiosidad: Singapur es, probablemente, la ciudad más limpia del mundo. Está prohibido fumar en la calle, e incluso comer chicle, para no ensuciar.
Prepárate para visitar las maravillas de esta fabulosa ciudad.
Te deseamos una feliz estancia.
