Lukas von Hildebrandt (1668-1745) fue uno de los arquitectos barrocos más ilustres de Europa. Nacido en Génova en una familia alemana, Hildebrandt se formó en Italia, donde aprendió los principios de la arquitectura barroca italiana que posteriormente influyeron profundamente en su estilo.
Tras trasladarse a Viena, Hildebrandt se convirtió en uno de los arquitectos principales de la corte imperial de los Habsburgo. Entre sus obras más significativas se cuentan el Palacio Belvedere y la Biblioteca Nacional Austriaca en Viena, además del magnífico Castillo de Schönborn en Göllersdorf. Estas estructuras son famosas por su elegancia, la fusión armoniosa de arquitectura y decoración, y el uso innovador del espacio y la luz.
El trabajo de Hildebrandt se distingue por su habilidad para combinar elementos barrocos italianos con influencias locales, creando un estilo único y reconocible. Su capacidad para diseñar edificios que fueran a la vez funcionales y extraordinariamente ornamentales lo convirtió en uno de los arquitectos más solicitados de su época.
Además de sus contribuciones arquitectónicas, Hildebrandt también desempeñó un papel importante como maestro e influyó en una generación de arquitectos. Su legado perdura a través de las numerosas obras que continúan representando el pináculo del barroco austríaco.