Antonio Canova (1757-1822) fue uno de los más grandes escultores neoclásicos italianos, célebre por su habilidad para trabajar el mármol y por sus obras que encarnan la belleza ideal y la armonía clásica. Nacido en Possagno, un pequeño pueblo en el Véneto, Canova mostró desde joven un talento extraordinario para la escultura, comenzando su formación en Venecia y luego trasladándose a Roma, donde su carrera floreció.
Las obras de Canova se caracterizan por una técnica refinada y una elegancia sin igual. Entre sus creaciones más famosas se encuentran "Amor y Psique", una obra maestra de gracia y sensualidad, y "Las Tres Gracias", una representación etérea de las hijas de Zeus que encarnan belleza, alegría y prosperidad. Otra obra emblemática es "Perseo triunfante", que representa al héroe griego con la cabeza de Medusa, una obra que demuestra su maestría al representar la forma humana en mármol con una delicadeza y realismo extraordinarios.
Canova fue también el retratista oficial de Napoleón Bonaparte y su familia. Entre sus obras más destacadas de este período se encuentran las estatuas colosales de Napoleón como Marte pacificador y "Paulina Bonaparte como Venus vencedora", esta última famosa por su pose sensual y el tratamiento refinado de la superficie marmórea.
Sus esculturas no solo son técnicamente perfectas, sino que también transmiten un sentido de serenidad e idealismo que refleja los principios estéticos del Neoclasicismo. Canova es considerado el máximo exponente de este movimiento, y sus obras continúan siendo admiradas por su belleza clásica y perfección formal.
Antonio Canova murió en Venecia en 1822, dejando un legado duradero en el mundo del arte. Su trabajo ha influido en generaciones de artistas y sigue siendo un punto de referencia fundamental para quienes estudian la escultura y el arte neoclásico.